Y yo que pensaba que tenía colmillo...
Edith Warton
Público: Adultos
Nota: 3,5/5
Lo digo en el título, pero en estas páginas he descubierto lo que puede significar "rezumar bilis". Los cuentos se leen con gusto, y bastantes de ellos retratan algunos caracteres o actitudes de forma muy certera, pero también en el fondo de estas historias se descubre una visión crítica, demoledora, que -casi- asusta.
No he leído nada más de Edith Warton, por lo que tampoco puedo sacar una impresión concreta de su visión del mundo, pero sí se percibe la crítica y la ironía hacia muchos convencionalismos sociales.
Lo cierto es que el planteamiento de los cuentos en sí me ha parecido interesante porque no abunda tanto en lo narrativo -enseguida percibes que a diferencia de otros "cuentistas" como Dahl, por citar uno, no hay giros inesperados o sobresaltos finales- como en lo descriptivo de las escenas y los tipos, y presenta unos personajes redondos, muy bien perfilados.
Una lectura amena, prescindible, entretenida, y útil para reforzar la técnica del cuento.
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