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Mostrando entradas de 2012

Las minas del rey Salomón

Clásico de aventuras , firmado por Henry Rider Haggard , que narra las aventuras de Quatermain en busca de las míticas minas de diamante en África. Tiene todos los ingredientes del género -acción, guerra, luchas, amor, etc.- y resiste a la lectura de un público de cualquier edad . El tono épico acompaña todas las páginas, el propio protagonista afirma ante la muerte cercana, una de las múltiples veces que pasa rozándolos pero sin detenerse con ellos entonces: "No hay viaje en esta tierra que no pueda realizar un hombre si pone todo su empeño en ello (...). No hay montañas que no pueda escalar, no hay desiertos que no pueda atravesar, salvo una montaña o un desierto que no conozca, si le guía el amor y defiende su vida sin darle importancia, dispuesto a salvarla o a perderla según ordene la Providencia". Obviamente, no ha de leerse con ningún interés sumamente intelectual , aunque Quatermain hace sus pinitos y elabora sus propios aforismos: "He descubierto que hay do

Fred Vargas

Estilo : Novela negra, muy negra (policiaco para los no letrados) Calificación: 9-10 (!) A favor: Los personajes quedan retratados con gran profundidad en pocas pinceladas, las precisas. En contra: Los personajes son demasiado "pastosos", que diría un amigo mío, esto es: crudos. El hombre de los círculos azules Huye rápido, vete lejos Dicen que la de "Huye rápido..." es de las mejores. Desde luego me pareció increíble la capacidad de delinear con pocas palabras a todo un personaje, más incluso que un tipo, con todos sus recovecos y luces y sombras. Ahí puede estribar la pega, todos tienen miserias negras de verdad, y quedan perfectamente definidas. En muchos casos, hasta es conveniente saltarse algún párrafo, y algún miserable puede producir náuseas. Dentro del género, muy bueno. Pero, ojo, sólo apta para gente con capacidad de encender la bombilla al cerrar el libro.

Oliver Twist, Charles Dickens

Acabo de cerrar Oliver Twist , que lo estaba leyendo aprovechando el bicentenario que se celebra (no el de la Pepa, claro). Por todas partes podéis comprar buenas ediciones de estos clásicos. Me resulta curioso que no lo hubiera leído antes, más aún, que sólo hubiera leído el Grillo del hogar . Éste último es el tercero de los cuentos navideños de Dickens, el primero y más famoso, la Canción de Navidad, que recomendé hace poco y que creo que en la versión escrita gana en fuerza por algunos detalles. En cualquier caso, los dos son paradigma del Dickens navideño del que todos tenemos imagen. Como no puede ser de otra manera Oliver  me ha gustado mucho . Dickens maneja la pluma con una ironía que hace imposible no sonreírse en muchos momentos y el contraste entre las vidas y personas de los protagonistas es tal que la función crítica - o de denuncia social - se ve largamente satisfecha. También es un maestro a la hora de describir los escenarios, uno de los más sugerentes, por poner un

Leer historias, no Historia

Debo reconocer que la Historia no es mi punto fuerte . No voy a narraros detalles de mi juventud que podrían explicar o justificar esa cierta aversión -no al menos en este blog- aunque los que me conocen bien pronto pueden entender a qué se debe ese rechazo. Sentada esta base, los libros de Historia, o las novelas históricas, siempre me han dado mucho respeto, y en contadas ocasiones me he atrevido con ellos. Cien veces menos una intenté empezar Tiempos modernos de Paul Johnson, y nunca he pasado de las veinte primeras páginas, y eso que me lo recomendó un conocido como un libro fundamental , que seguro que lo es. Desde hace poco tiempo estoy superando ese trauma . Porque la Historia me sigue pareciendo igual: algo tolerable a la vez que evitable. Pero he encontrado una forma de que aumente mi interés por ella. Y es, no leer Historia, sino leer historias. Biografías, recuerdos, semblanzas, que tienen una fuerza sorprendente y mucha llegada si son buenas, y a la vez, te meten el gusa

El divino impaciente, de Pemán

Esta entrada ha sido, para mí, sorprendente. Sabéis que hay infinidad de blogs, y que para que haya un buen blog, tiene que haber una buena idea. Hay ideas malas, manidas, buenas o muy buenas, y hay ideas que son como el ave fénix. Eso es lo que le pasa a mi idea del blog, que de las cenizas -mirad la fecha de la primera entrada- va a surgir algo mejor. Más que buscar libros que ir sugiriendo, voy a escribiros de lo que leo, y de lo que he leído, claro. Y es que acabo de terminar esta obra de teatro, y creo que merece la pena que le dedique unas líneas. Viviendo en Jerez, he tenido que escuchar mil veces hablar de José María Pemán, y he tratado a -una minúsucula- parte de la familia. Cuando la gente se refiere a él, lo hace como si hubiera sido un ser excepcional. Por eso tenía la espinita de no haber leído nada suyo. Mi madre, en casa, tenía un ejemplar de "El divino impaciente" (creo), y guardo el recuerdo de que se refería a ella como una obra muy buena. Todo lo anterior

El Quijote, de Cervantes

Que nadie se eche atrás poque haya recomendado este libro en primer lugar. No es por dármelas de "culto", o por marcar un nivel estratosférico en cuanto a las lecturas recomendadas. No es para niños, claro, pero el público adulto lo puede apreciar y disfrutar. Para mí, leerlo fue todo un acontecimiento, después de varios intentos fallidos, encontré la edición adecuada (lo de la edición es fundamental a la hora de leer un libro, si además exige tiempo y energías, más), lo empecé y me quedé enganchado. Y lo mejor de todo, que es el quid de esta novela: nunca me he reído más en esta vida. Lo de Sancho es inefable. Como diría Cyrano, "me quito el sombrero ante tales hidalgos". No sé si es que se requiere un mínimo de cultura para pillarlo, y mucha gente no lo aprecia porque no entiende el humor, pero es lo mejor de lo mejor sin duda. ¿De la literatura universal? Puede, algunos dicen que seguro. El castellano y su uso, lo de la novela dentro de la novela, los refranes,