La infancia no es para siempre

Género: narrativa, western.
Público: adultos y jóvenes adultos.
Calificación: 3,5/5

Agridulce lectura con comienzo fabuloso y un final desconcertante, no digo más.

El libro nos relata la infancia de tres hermanos en el Oeste y como su vida cambia al contratar a una nueva ama de llaves. Recién enviudado, su padre es incapaz de trabajar y sacar adelante las tareas del hogar. La nueva empleada y su hermano pondrán luz y encanto en esa etapa de sus vidas.

La novela describe de un modo muy sugerente el genio de la vida cotidiana y sencilla, y los episodios de infancia de los protagonistas están llenos de magia. Además, contiene innumerables guiños a la labor del docente y cómo es la propia pasión por la enseñanza la única forma de motivar a los alumnos.

El libro me iba pareciendo genial, hasta que me lo he terminado: sirva de aviso para navegantes. Discrepo de la opinión de un amigo mío que, en su bondad adquirida mediante el ejercicio de las virtudes, pretende salvar a todos y decir que el libro termina bien con una historia de arrepentimiento y con la lección aprendida de que, en la vida que las cosas terminen bien, no siempre significa que acaben como en un cuento de hadas.
No me parece desacertada su opinión, pero me queda la inquietud de saber si en realidad el libro no es más que una sutil ironía de lo que es la vida. Y de que la inocencia inevitablemente se pierde en algún momento.
Lo que sirve a mi amigo para defender su planteamiento es que, a pesar de los pesares, el protagonista acaba dedicando su vida a la docencia.
A mí, el título no me deja tranquilo, ¿la felicidad, la alegría, es sólo para una temporada?

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