Yo leo, tú lees

Es fácil dar consejos al maestro desde la barrera, él está frente al berraco y tú no te juegas nada.
Sentada esta premisa, me atrevo a compartir mi impresión acerca de un evento vivido recientemente: un chaval con el que he estado unos días, 13 ó 14 años, me comentaba que tenía que leerse para el cole un libro, una novela, de 375 páginas, en inglés, de un tema que tampoco es que le emocionara especialmente.
Asumo la preocupación de padres y colegios por el fomento de la lectura. Pero, ¿y si nos paramos 5 minutos antes de volver de Semana Santa y reflexionamos sobre estas preguntas que lanzo al vuelo?

1.- ¿De qué libro diría sin duda que me ha cambiado -realmente- la vida?

2.- ¿Qué ventaja me aporta personalmente la lectura (hoy)?

3.- ¿Qué libro me estoy leyendo actualmente?


4.- ¿Cuánto tiempo le dedico a la semana a la lectura, y por comparar -sin ánimo de hacer sangre-, a la tele?

5.- En casa, en clase, ¿hay libros a la vista? (¿O quizás estén como esos atlas ilustrados que nos regalan cuando hacemos una visita, tan bien editados, cogiendo polvo en la estantería?)... También porque decimos siempre aquello de Fray Ejemplo...

P.D. Por supuesto que un Viernes Santo hay mejores cosas en las que pensar, por eso, marcad "Posponer" o "Leer más tarde" e id preparando las respuestas de esta sencilla autoevaluación.

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