Tres aventureros en el Oeste





Pioneros franciscanos. Tres aventureros en el Oeste
Autor: Robert A. Kittle
Editorial: Palabra
Género: História
Público: Adulto, 16+


Después del peregrinaje por las tierras de Asia, hemos atravesado miles de kilómetros del continente americano acompañando a los franciscanos que sembraron la semilla del evangelio por aquellas tierras.
El siglo XVIII contempló los esfuerzos españoles por conquistar las tierras del Pacífico. Para ello, numerosas expediciones por tierra y mar y los intentos por establecer misiones en las tierras de los indios, fueron clave. Protagonistas de aquellas travesías fueron los frailes franciscanos que acompañaban a los soldados españoles o recorrían sus propias rutas intentando dar a conocer a Cristo entre los nativos.
El libro procura recorrer las expediciones y esfuerzos españoles por domeñar los ignotos territorios de California y el Pacífico a través de los diarios de tres frailes, principalmente, Francisco Garcés, Pedro Font y Juan Crespí (compañero de fray Junípero Serra) y que, por un motivo u otro, han sido relegados de su lugar en la historia de aquellas tierras. Desde cada uno de los monumentos o recuerdos que existen de aquellos religiosos o de aquellas expediciones, a través de los diarios, se reconstruyen cada una de las caravanas en las que se vieron sumergidos, su trato con los nativos, las relaciones con las autoridades, los malentendidos, descontentos y diferencias con unos y otros, las revueltas, las epopeyas y, en fin, su inagotable audacia a la hora de cumplir el que sería su propósito por los miles de kilómetros de continente norteamericano.
Siendo difícil juzgar desde nuestra perspectiva actual su papel, aquellos frailes estaban comprometidos en convertir a aquellos pueblos y llevarles la civilización cristiana, de mano de las expediciones militares o bien, recorriendo, como Garcés hizo entre 1775-1776, mil seiscientos kilómetros casi en solitario. Si bien, su visión de aquellas gentes podía ser, en ocasiones, equivocada, no es arriesgado afirmar que fueron los que mejor comprendieron la realidad de aquellas gentes y su intercesión, en muchos casos, fue crucial para el éxito de las expediciones militares y para lograr la paz, frágil, en algunas zonas.
El libro narra estos viajes entre 1768-1781 de una manera ágil, cercana a los documentos pero sin resultar abigarrada, y juzga con mesura los hechos acaecidos, reconociendo el papel de los franciscanos cuando corresponde. Sólo se echa en falta alguna profundización más intensa en lo que para ellos suponía la evangelización de esas tierras pues, si los hechos de por sí son difíciles de juzgar desde nuestro punto de vista, a veces es difícil comprender su peculiar comprensión del fenómeno evangelizador. No se interna en la propia interioridad de los franciscanos, pero es lógico ya que a través de los diarios de viajes o la correspondencia no resulta fácil. Aunque incluye mapas parciales de algunas expediciones, quizás se echa en falta un mapa global que incluya de forma conjunta los distintos viajes por cada misionero y sus fechas, para tener una idea cabal de la exploración del continente.
Se lee de forma muy fácil y atrapa al lector (incluso al que le cuesta la lectura de la historia), y resulta muy esclarecedor para entender cómo funcionaban las expediciones, la conquista, la transmisión de la información, en aquella época y en aquellas tierras.
Quizás mis alabanzas, que son todas, por el texto se comprendan desde mi interés por el Oeste y el papel hispano en aquella porción del globo, pero no creo, en cualquier caso, que defraude a ninguno que se aventure a leer estas líneas.

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